De nuevo tregua. Para muchos hoy sería la etapa reina de la aventura con Sáhara Motor: el día en que atravesaríamos y rodaríamos por el Erg. Para mi, sin desmerecer la etapa de las dunas, el de ayer y el día 6 son los días más importantes; en vez de etapas de enlace. Supongo que es cuestión de gustos y espectativas.
Arena y dunas hoy, y pistas y fezfez mañana. Pocos kilómetros y mucha diversión; y recuperación de fuerzas para la jornada del día 6. Bueno, recuperación más o menos; porque mi moto se quedó atascada un par de veces y los 160 kgs se quedaron bien clavados. Es una máquina pesada para dunear a ritmo de quad o de enduro; necesita su incercia y la velocidad propia de una tercera marcha que dando gas permita, casi, contar las pistonadas del motor sin que se cale. Es un estilo de conducción completamente diferente a las enduro 450; eso es precisamente lo que me gusta de ella.
La arena no estaba tan blanda como en septiembre-octubre, así que pudimos trazar por la cresta de las dunas grandes. Diversión a raudales a 30º de temperatura… es importante calibrar bien la cantidad de ropa y de peso que se lleva antes de entrar en el erg, para evitar sorpresas desagradables; y agua, mucha agua que impida la deshidratación. El oasis de Oubira, como siempre, nos permitió recuperar fuerzas y líquidos.
Se nos hizo muy tarde y la opción más sensata era volver por las dunas bajas y la pista que rodea el erg, pero… ¿quién dice que somos sensatos? Decidimos seguir duneando y volver atravesando de nuevo las dunas hasta el hotel. La comida podría esperar.
Tras la tarde libre para que cada uno hiciera lo que quisiese, el día siguiente transcurrió con normalidad a recorriendo las pistas de la zona; el fezfez de los ríos secos nos pondría a prueba.
Dos días de cierta tranquilidad antes de la etapa de retorno hasta Oujda que superaría los… ¡500 kms!