Ruta La Morcuera – Navafría – Valle del Pirón

Con Africana lista en el garaje y pidiendo guerra, tenía ya que salir a hacer una ruta trail… no podía seguir esperando. El primer tanteo lo he hecho por carreteras comarcales; en realidad, 300 kms de carreteras comarcales entre Madrid y Gredos. Y estoy encantado con la moto. Pero ya tocaba guerra… y qué mejor batalla que una ruta de Wikiloc (no habia tiempo para preparar nada) un poco adaptada para hacer su salida desde Madrid. Llevaba los dos ingredientes fundamentales: ganas y moto.

La primera parte del itinerario era por carretera: Pozuelo – Miraflores de la Sierra – Pto de la Morcuera (hace tiempo que no lo tomaba, porque me dejaba caer por el de Canencia) – Rascafría.

El día parecía que iba a ser bueno, pero había que esperar a que levantara un poco; y el puerto se hizo bastante frío. Me levanté a las 06,30 y a las 7,00 ya estaba en ruta. Conducir viendo amanecer es una sensación que me gusta; pero hay que tener claro que la diferencia entre la mañana y el mediodía será grande. Así que lo mejor es llevar el equipo adecuado para cada momento.

Tras coronar La Morcuera, con su preciosa vista hacia Madrid, la carretera comienza a descender levemente atravesando el Valle de Lozoya; combinando praderas, algo de bosque y risco, y serpenteando junto pequeños riachuelos.

Aunque iba abrigado, ya comenzaba a tener bastante frío. Quedaba poco para Rascafría, y allí correspondería cuidar al cuerpo dándole un cafetito caliente con un pequeño desayuno. Así entraría en calor. Siempre paro en el mismo bar. Desde la misma plaza de Rascafría se toma una pequeña carretera que sube por el puerto de Navafría y atraviesa la Sierra comunicando la Provincia de Madrid con la de Segovia. Al llegar a lo alto dejamos atrás el cartel de Comunidad de Madrid, con lo que ello significa: bye, bye prohibición genérica de pisar pistas. Africana comienza a relinchar con el aroma a campo…

Esta carretera termina en la N-110, que une Ávila con Soria, pasando por Segovia. Es la carretera de conocidos pueblos como Torrecaballeros (donde se disfruta de magníficos asados) o de Prádena (con sus desconocidas pero espectaculares cuevas).

La cruzo y me dirijo un par de kilómetros dirección a Segovia, y allí arranca la pista elegida. Es zona de ganado y praderas, por lo que el terreno está bastante húmedo. Lo mejor para catar las cubiertas que he elegido. Auténtica prueba de fuego. También llevo el GPS Garmin 62 bien conectado a la batería… será el momento de comprobar si falla (se apaga o no). Ya avanzo que ha funcionado perfectamente. Así que sólo puedo decir una cosa: «Yeeeeeeha!» Porque el Garmin 62 para mi es el mejor GPS.

 La parte mala es que al ser zona de ganado, las pistas estaban llenas de puertas que hay que abrir y cerrar. He podido comprobar que casi toda la zona de la falda del monte por la zona segoviana es así. En ocasiones, el camino estaba claramente marcado; en ocasiones, se trataba de una zona verde encharcada donde había que tener mucho cuidado para coger la rodera correcta y evitar cruces de rueda. Pero hay que reconocer que tanto la moto como las cubiertas han respondido a la perfección.

Como la ruta era sorpresa y no la había preparado con el mapa, fui descubriendo la belleza arquitectónica de la zona: una pequeña iglesia aquí, un puente allá… Pero la sorpresa más grande fue cuando me encontré en Sotosalbos. Este pueblo es una auténtica joya del arte románico segoviano. La única decepción fue que habían cerrado el bonito bar de la plaza.

El itinerario coincidió en varios puntos con una nueva ruta turística que han debido hacer que se llama «La Ruta de San Frutos»… y que supongo que terminará en la ermita de este Santo; en el Duratón.

Es curioso ver cómo por aquí, en algunos caminos, los ganaderos han decidido cerrar los caminos con una supuesta puerta de alambre (tan bien atada que no fui capaz de abrir) y dejan el paso por un estrecho paso canadiense para animales, peatones y bicicletas (seguro que no han pensado en las motos). Pero digo yo… ¿y si vas en coche? Supongo que entonces, te jodes. Yo, con los cilindros y las maletas de Africana, pasé justito justito.

La ruta, que estaba siendo espectacular… pero lo mejor estaba por llegar. Tras atravesar Losada de Pirón, el GPS marcaba dirección al río. Conozco ese camino, porque lo he hecho alguna vez con el todo terreno; y, desde luego, es todo menos sencillo. El acceso desde Losada baja por una pista bastante rota, con piedras, roderas y barro. Pero eso no es lo peor: el problema está en que el río corta cuatro veces el camino obligando a los correspondientes vadeos con bastante agua; por no decir mucha. Hice los dos primeros asegurando el terreno y verificado que el suelo estaba duro, pero al llegar al tercero me entró la duda. Y tampoco encontré paso alternativo, porque el puente de madera terminaba en una «T» que la moto no podía pasar.

Tuve suerte porque, en ese momento de duda, llegó un grupo de endureros con sus ktm que cruzaron primero para que viera que el barro inicial no era muy profundo y que la salida de arena en curva podría pasarla bien… y si no, ellos me echarían una mano. Es la confianza que necesitaba para atravesar sin problemas el tercero y cuarto vadeo, en el que los cilindros bóxer estaban incluso sumergidos (lástima que con la tensión no hice fotos).

Ciertamente, estaba cansado. Este tramo me había desgastado bastante, y había invertido mucho tiempo en recorrerlo; así que a la salida, enfilé por la carretera de La Granja hacia Madrid haciendo un alto en Navacerrada, para tomar el último aperitivo antes de llegar a casa. Sería en el Reloj, el restaurante del conocido de un amigo. Y acerté. Media horita más tarde y con la satisfacción de que he terminado una moto fantástica que me va a dar un montón de satisfacciones. He acertado en todo: vehículo y kilómetros, así que… GAS HACIA EL HORIZONTE.

 

Recap sobre dónde estoy

Hace tiempo que no dedico un tiempo al Proyecto «Atardecer Atlántico», así que voy a hacer un pequeño recap de dónde estoy. Ayer hablé con un amigo sobre esto y resurgió mi ilusión por el reto; que, a decir verdad, con tanto foco laboral había quedado un poco abandonado. 

Tengo vehículo casi listo, solo a falta de algo más de preparación técnica; que por otra parte no es del todo necesaria si no me excedo con el rutómetro. 

Tengo también las etapas del viaje de bajada. Creí que iban a ser más cortas; pero al final son lo que son, y el destino está lejos. 

Día 1: Madrid – Tarifa. 696 kms y 07h34m rodando. Prefiero esta frontera que la de Almería.

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Día 2: Tarifa – Tánger (ferry rápido) – Essaouria. 716 kms y 09h52m rodando

La idea es coger el primer ferry de la mañana y desembarcar lo más pronto en Tánger. A partir de ahí será casi 10 horas de moto; será la etapa más larga de la bajada, pero esta primera parte tiene poco atractivo y mucha autopista. Hay que tener en cuenta que en Marruecos no se puede exceder el límite de velocidad.

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Día 3: Essaouria – Tiznit. 409 kms y 5h59m

Vale la pena pasar un rato de la mañana en esta ciudad, el antiguo Mogador portugués. Y luego partir hacia el destino de etapa con los hito que señalé en el post correspondiente. 

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Día 4: Tiznit – Tarfaya. 585 kms y 7h06m

Comenzamos a acercarnos a la costa y al Sáhara Occidental.

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Día 5: Tarfaya – Dakhla. 624 kms y 7h40m rodando

Por fin llegaremos al punto final del viaje. 

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El paso siguiente es la localización de los lugares de pernocta, combinando hotel y tienda de campaña. Y teniendo especial atención al paisaje y los lugares de interés. Quizá después tenga que modificar un poco las etapas iniciales y ya con eso me quedará el trazado de la ruta real, determinando lo que será carretera y pista. Y, por supuesto, definir la vía de retorno.