Hoy sí. Comienza la aventura. Benjamín nos entrega los roadbooks para que los coloquemos en las motos y nos ponemos a ello antes de salir el sol. La etapa de hoy serán 450 kms, terminando en Middelt; todo un reto, porque esta pequeña ciudad está en la falda de las montañas -que se aventuran nevadas-.
Así que nos ponemos en marcha con los primeros rayos de sol. Gaaaaasssss!!!!!
Sergio, Albert, Luis y Pedro serán mis compañeros de ruta. Todo aparenta perfecto. Los kilómetros comienzan a sucederse bajo las ruedas sin contratiempos, a un ritmo ligero pero sin prisas.
Como ha estado lloviendo, los lugareños nos advierten que la zona cercana está embarrada. Son campos de labor, ¡y ya lo creo que resbalan! Las cubiertas que he montado son duras para pistas de desierto, así que no agarran demasiado. Con cuidado vamos dejando atrás la costa.
El paisaje cambia, y el barro, las montañas, y la civilización va quedando atrás.
Una ligera comida de picnic para no perder demasiado tiempo nos permitió reponer fuerzas y continuar adelante. Las ramblas secas comienzan a hacer aparición, por lo que tengo que extremar la precaución debido al peso de mi moto; además, la araña de hierro y el soporte del roadbook lanzan el peso por delante de la horquilla y eso no ayuda mucho.
Ya no hay tiempo para fotos, los minutos pasan y el sol caerá a las 19.30h -hora española-. Rodamos hacia el oeste, así que el atardecer es cegador; por lo que nos vemos obligados a ir despacio.
Los últimos 60 kms con una contrarreloj con el sol. El terreno se complica con unas trialeras de piedra y el rutómetro se hace muy difícil de seguir. El agotamiento pasa factura y acabo rompiendo la maneta del embrague; los 160 kgs de moto se han cobrado su tributo. Ya no llegaríamos a tiempo, así que decidimos relajarnos y permitir que la luna llena acompañe nuestro camino hasta el fin de ruta. Afortunadamente, nuestros faros iluminan bien y los GPS están retroiluminados.
Los últimos 30 kms son, simplemente, espectaculares. La ruta está trazada por una rambla de apenas 2 metros de anchura y sólo vemos lo que nos ilumina el faro. El cielo estrellado y nítido, y el frío de la noche, serán nuestros compañeros hasta Middelt.
Aparcada la moto, ya sólo nos quedaría descansar un poco y recibir el briefing de la etapa del día 2.