Esta ruta puede hacerse en una mañana perfectamente; o de forma más relajada, quedándose a comer. El pueblo para ello sería Brihuega, en el que no se pueden dejar de visitar su plaza de toros, el castillo, la plaza y la iglesia, y otros rincones. El itinerario está lleno de pequeños hitos arquitectónicos.
ITINERARIO
Madrid – Torrejón de Ardoz – El Gurugú – Anchuelo – Santorcaz – Pozo de Guadalajara – Pioz – Fuentenovilla (destacado) – Yebra – Zorita de los Canes – Sayatón – Alocén – Durón – Budia – Brihuega – Torija – Valdegruda – Caspueñas – Torija – Madrid
(carretera)
TOTAL
321 kilómetros recorridos en 4h y 30 minutos en movimiento
Participar en la I Ruta Aniversario On Road de Touratech era un oportunidad para rodar entre amigos, y para tener un día de moto distendido; así que no podía no apuntarme. Tenía ganas, además, de rodar con Yago y sus amigos.
El itinerario recorría una zona nueva para mi, porque desconocía la provincia de Guadalajara Sur Este (hacia el pantano de Sacedón). Y tengo que decir que me gustó; y que me ha animado a continuar descubriendo ese territorio. Me pilla justo al otro lado de Madrid, pero tengo que reconocer que me he quedado con el «gusanillo» dentro.
Como veis en esta foto, la jornada empezaba en la sede de Touratech Madrid con la charla de rigor de Yago y su colaborador «Luis Moteando»… y ya nos traía la primera sorpresa: nos acompañaría Charly Sinewan, y la «familia García». Todos ellos conocidos overlanders. Así que ya teníamos asegurado el entretenimiento de la comida.
A los pocos kilómetros de Alcalá de Henares, nos deteníamos en el primer estandarte arquitectónico de la ruta: el castillo de Pioz. Como fue la primera parada, aprovechamos para conocernos un poco y bromear; la cosas de romper el hielo; ya sabéis. «Que si yo he dado la vuelta al mundo dos veces, pues yo tres, pues yo al revés y primero…»
Como era la primera parada, tampoco queríamos entretenernos demasiado; así que continuamos ruta hacia Fuentenovilla. Este pequeño pueblo sorprende al visitante con una más que bonita (yo diría casi única) plaza. Bien vale una parada.
La carretera mejora (paisajísticamente hablando) a partir de aquí. Se nota que nos alejamos de la gran orbe y que terminan los municipios-dormitorio. Ya no nos detenemos para no perder tiempo, solo ralentizamos el ritmo al paso de pequeños pueblos. Cada uno tiene su propio encanto: una fortaleza, una iglesia, las ruinas de un castillo… todos justificarían una parada nos compensarían con una buena foto, pero no había tiempo.
El tramo que transcurre junto al río Tajo es, sencillamente, espectacular. A un lado, el río; a otro, las enormes paredes piedra.
A los pocos kilómetros, la carretera se abre de nuevo y bordeamos el embalse de Sacedón serpenteando entre árboles caducifolios. Es de destacar cómo conoce Luis la zona, porque nos lleva a una pequeña ermita que de nuevo nos regala la vista y nos permite una estupenda foto de grupo. Y otra vez: «que cómo son tus cubiertas, que cuánto duran…» conversaciones de moteros.
El reloj no nos daba tregua, ya no se admitían más paradas ni más fotos ni más descansos para contemplar el paisaje. Brihuega esperaba «con la mesa puesta».
La comida fue divertida, distendida y muy amena dela mano de los compañeros de afición y las anécdotas de los overlanders. Qué rápido se pasa el tiempo cuando se está a gusto. En fin, un ruta magnífica y una excusa cojonuda para conocer nuevos amigos. Esperaremos a la siguiente.